12 formas de reinventar la educación arquitectónica

22 junio 2020
Este artículo es un extracto del capítulo final de “Dibujar para ver: una historia cognitiva del diseño arquitectónico”, que describe las recomendaciones para reformar la educación y la práctica de la arquitectura. Se utiliza la teoría de la cognición encarnada, la ciencia detrás de cómo nuestros cerebros asimilan el entorno construido, para subrayar la necesidad de que los diseñadores rechacen el legado del racionalismo de la ilustración; alejando a los arquitectos de la alfabetización artesanal desde la revolución industrial.  
1. Regresar al boceto dibujado a mano como medio fundamental y herramienta para hacer arquitectura:
El dibujo a mano es imprescindible, no solo para los arquitectos que ejercen, sino también para los estudiantes con mayor orientación tecnológica. La práctica diaria o semanal de dibujar fortalece las redes neuronales y compromete las facultades cognitivas en muchos niveles.    
2. Visitar espacios urbanos relevantes con frecuencia:
Viajar al extranjero contribuye a ampliar la experiencia directa con los espacios y lugares que han inspirado a sus predecesores a través de los siglos.        
3. Hacer que la historia de la arquitectura sea un requisito en todos los programas de diseño:
Comenzar estos cursos en el siglo XVIII o XIX es tan inexcusable como no presentar edificios, culturas y artefactos no occidentales. Es útil enseñar los sistemas proporcionales y gramaticales asociados con la arquitectura clásica, la arquitectura tradicional china y otros sistemas no occidentales.    
4. Requerir que los estudiantes se involucren con los usuarios de los edificios:
Muchas escuelas ofrecen clases que permiten a los estudiantes construir pequeños proyectos para clientes que necesitan servicios probono, el Yale Building Project es uno de los más famosos. Solo experimentando la construcción de edificios, se puede comprender las cualidades tectónicas fundamentales del oficio.    
5. Mantener contacto con comerciantes, artesanos y fabricantes de materiales de construcción:
Se deben desarrollar talleres para asegurar que todos los estudiantes estén en contacto con los proyectos y sus procesos.      
6. Equilibrar el diálogo lingüístico y teórico para presentar ideas arquitectónicas:
El campo se ha desplazado demasiado hacia modos de pensamiento que cortan el cerebro visual, evitando que los diseñadores se involucren con las cualidades esenciales de los entornos, espacios y formas tipográficas. Aunque todos los arquitectos deben comprender el poder de las formas físicas para transmitir un significado simbólico, centrarse en el conocimiento semántico les ha alejado de las preocupaciones centrales de esta disciplina.  
7. Integrar herramientas analógicas y digitales en el estudio de diseño:
Ningún diseñador puede permitirse tirar computadoras y softwares potentes cuando mejoran la precisión y la productividad en tantas áreas. Sin embargo, tampoco deben negarse o ignorar los procesos artesanales y de baja tecnología.      
8. Evitar todas las formas de representación virtuales hasta la etapa de presentación del diseño:
La investigación sugiere que estos "mundos" distorsionan y malinterpretan la naturaleza de los espacios y las formas que deben transmitir. Las imágenes digitales aún no han igualado la flexibilidad y la capacidad expresiva de las pinturas, tintas, lápices y carbón sobre papel.    
9. Combinar plataformas de dibujo digital como complementos del dibujo a mano:
Utilizar herramientas de la misma manera que los arquitectos usaron dibujos de línea durante los siglos XIX y XX. Además, evita implementar un software antes de que las decisiones creativas puedan ser representadas objetivamente.       10. Contratar profesores que busquen llevar el conocimiento a la práctica:  Exigir productos de investigación basados en evidencia y revisados por pares. Es importante emplear arquitectos que ejerzan en todos los niveles de instrucción de diseño.      
11. Enseñar dibujo básico con referencia en ciencia cognitiva y percepción visual:
Involucrarse con la experiencia directa, así como con modelos y esquemas mnemotécnicos y utilizar referencias de artistas visuales y obras de arte conocidas; puede enriquecer notablemente la formación de los estudiantes.      
12. Enfatiza la naturaleza colaborativa del diseño como disciplina:
Alentar a los estudiantes a trabajar en equipo y brindar oportunidades para hacerlo, a pesar de la dificultad que esto represente al momento de evaluar las contribuciones individuales. Estas medidas simples, incluso si se implementan primero a pequeña escala en comunidades de diseño o escuelas individuales, proporcionarán una prueba positiva de los beneficios de una práctica de diseño basada en la cognición incorporada en lugar de un pensamiento supuestamente racional o conceptual.

➤ Ver también: Seis tendencias que liderarán la arquitectura en la era post coronavirus

Los resultados serán inmediatamente evidentes en entornos más bellos, cómodos y saludables. Texto original tomado de: Common Edge

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