A través del tiempo las ciudades y la arquitectura se han adaptado por los devastadores fenómenos naturales en una evolución constante basada en la experiencia e investigación.
Por: Christian Wiese, Director de Christian Wiese Arquitectos
Las pandemias deben ser comprendidas dentro de una dimensión temporal sucesiva y así continúa, donde es necesario aprender de sus consecuencias y adaptar nuestro espacio construido a través del tiempo. Dentro de nuestra evolución al habitar las ciudades podemos observar cómo la experiencia de las consecuencias de un evento catastrófico como una pandemia no ha sido observada ni considerada en nuestro desarrollo, primando objetivos inmediatos como el aumento de densidad por razones financieras y comerciales siendo uno de los mayores errores el desarrollo urbano de la ciudad horizontal, que a su vez maximizó los recorridos de transporte y las capacidades de funcionamiento de los mismos.
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Mito y realidad[/caption]
Existen como lección general de la pandemia actual, la implantación de varias estrategias logísticas como el distanciamiento, el uso de barreras de implementación de desinfección y el confinamiento de la población, siendo una de las principales preocupaciones la densidad y las distancias de desplazamiento. De esta manera siendo propositivo se puede avizorar la necesidad de cambiar nuestro espacio público por circulaciones peatonales más abiertas y al aire libre, así como la articulación de nuestros nuevos edificios a través de plazas abiertas que faciliten la implantación de protocolos de circulación y de ocupación para la reducción inmediata de las densidades temporales.
➤ Ver también: Urbanismo y pandemia
Una estrategia generalizada de ocupación y de uso de suelo debe ir por el planteamiento de edificaciones mixtas o híbridas que potencien el desarrollo sostenible no concentrado y así supriman la necesidad de movilización aglomerada en trayectos largos, de esta manera la idea de ciudad puede ser caracterizada por la expresión morfológica de sus partes o barrios y acentuada dentro de un criterio de repoblación y renovación sectorial que evite el crecimiento perimetral horizontal.
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Esquemas de liberación de planta baja[/caption]
En lo que concierne a la morfología de las nuevas edificaciones, estas podrán articular sus plantas bajas con el espacio público mediante la liberación de la ocupación de dichos niveles y su compensación en altura sin conllevar a un aumento de densidad.
La solución de edificar en altura supone una articulación inteligente con la ciudad y su infraestructura optimizando los desplazamientos dentro de un modelo de ciudad vertical no altamente densificado donde el coeficiente de ocupación de suelo es el determinante, es decir el tamaño de la huella del edificio más no su altura, llegando a suponer una ocupación ideal del 35% con alturas variables y desarrollos medianos de hasta 35 pisos de altura, implicando mayores retiros entre edificaciones, mayor espacio articulado en planta baja y la aparición de espacios abiertos en tramos medios de las edificaciones.
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Principios de arquitectura para nueva normativa en Quito[/caption]
Cabe destacar que el coeficiente promedio de uno de los hipercentros en Quito es del 50% y el coeficiente típico en la retícula sobre línea de fábrica del Centro Histórico es de 80%.
Las circulaciones Interiores podrían permitir mejores parámetros de habitabilidad y movimiento con la articulación de atrios iluminados con luz natural que permitan un mejor ciclo de ventilación dentro de sus partes. Los protocolos de acceso deberán incluir zonas de entrega de productos para evitar el aumento temporal de la circulación vertical. Los usos mixtos deberán ser planteados por puntos fijos independientes que garanticen los protocolos de cada tipología.
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The Point[/caption]
La sostenibilidad de los edificios y su autosuficiencia nos llevan a pensar en esquemas de dotación de servicios propios de alimentación y limpieza, así también la generación de energía y políticas logísticas de transporte de insumos y desechos por puntos fijos exclusivos.
Los estudios de tráfico de elevadores y sus subsiguientes especificaciones deberán ser optimizadas para reducir los tiempos de espera y las edificaciones deberán ser dotadas de tecnología que permita la organización por grupos y horario de zonas comunales y funcionamiento dentro de horarios de trabajo.
Podemos presumir de esta manera que los radios de acción y de interacción de nuestras ciudades sean más reducidos a escalas autosuficientes locales con mayores protocolos de seguridad de acceso y desplazamiento dentro las edificaciones y hacia los ingresos.
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Proyecto ecológico sostenible LeParc[/caption]
La generación de nuevas edificaciones y sus densidades optimizadas por parte de la venta de edificación presenta la oportunidad de regeneración del espacio público si estos recursos captados son involucrados en la ciudad se podrá invertir en paseos peatonales, ciclo vías y plazas adaptadas a nuestra nueva realidad y así también procurar nuevos edificios de equipamiento que se presenten a la comunidad sean seguros e eficientes, en donde ciertos edificios de uso masivo si no son actualizados a la nueva logística de ciudad podrán pronto entrar en des uso y la ciudad debería optar por un sistema de edificaciones públicas descentralizadas más diestras y con menos flujos de personas dentro de si mismas , así como dejar de generar traslados masivos de sus usuarios y ocupantes.
La constancia y disciplina mezcladas con la disposición al cambio nos permitirá que tanto edificaciones como ciudadanos expresemos la fe sobre un futuro mejor.
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