Las salas de cine son más que lugares donde se proyectan películas: forman parte de la historia de una ciudad, de su arquitectura y de la evolución del estilo de vida de sus habitantes.
En el corazón de Little Havana, en Miami, el cine MCD Tower lleva casi cien años estrenando las últimas novedades cinematográficas. Abrió en diciembre de 1926, una época de esplendor para las salas de proyección en todo el mundo y, en los años 60, se convirtió en una ventana a la cultura americana para los refugiados cubanos que se instalaban en la ciudad.
El histórico Cine Castro, fue fundado en 1922, en San Francisco. El arquitecto Timothy Pflueger, que luego se hizo célebre con otras obras en la ciudad de San Francisco, diseñó un exterior solemne y llamativo que recuerda a una catedral mexicana. El interior, en cambio, es una mezcla de estilo asiático, italiano y latino; destacan los esgrafiados de los muros laterales y la lámpara art déco.
Por su arquitectura renacentista, barroca, modernista y vanguardista, Turín aloja, además, una de las salas de cine más antiguas del país: el Cinema Lux. Inaugurado el 31 de marzo de 1934 como Cinema Rex y renombrado Dux en 1942, está ubicado dentro de la Galleria San Federico de Turín, una de las grandes obras que renovaron la capital del Piamonte en la década de 1930.
La Filmoteca Española tiene su sede en el mítico Cine Doré, en el madrileño barrio de Lavapiés. Inaugurado en 1923, exhibe el estilo modernista que se utilizaba en teatros, casinos y balnearios de la época. Descubrir el porqué de su nombre no es tarea fácil. Se dice que se buscó una palabra francesa para darle importancia, otra teoría habla de un homenaje al ilustrador Gustave Doré, e incluso podría ser que se quisiera repetir el éxito del Salón Cine Doré de Barcelona.
Frente a la ciudad de Los Angeles, la isla Catalina guarda una sala de cine fabulosa dentro del Casino Catalina, un edificio circular de 1929 impulsado por el magnate de la goma de mascar William Wrigley Jr justo antes de la Gran Depresión. Las paredes y el muro del escenario están decorados con pinturas art déco de John Gabriel Beckman, que también diseñó salas de cine y teatros de Los Angeles. Las lámparas estilo Tiffany y los detalles dorados le dan un aire elegante que traslada de forma casi instantánea al pasado. Otro elemento destacable del Avalon es la magnífica acústica de su cúpula central, que fue copiada por los diseñadores del neoyorquino Radio City Music Hall.
Fuente: National Geographic