El Copycat es emular algo ya creado y usarlo en un contexto diferente; no solo como una referencia, sino más bien como una copia literal casi sin modificación, una mala copia calzada a la fuerza en un contexto ajeno.
Hay innumerables ejemplos de Copycat en arquitectura en todo el mundo. China, por ejemplo, es uno de los líderes en este tema, al contar con edificios que emulan la Torre Eiffel, la Capilla Rochamps de Le Corbusier e incluso una ciudad entera inspirada en Manhattan llamada Tianzin. Pero, las cosas llegaron tan lejos que el gobierno chino prohibió las imitaciones a partir de 2020, en un intento por preservar el diseño local.
Por otro lado: ¿hasta qué punto puede el arquitecto puede imponer sus ideas? Pues nadie es dueño de la verdad. Al fin y al cabo, es el cliente quien va a habitar en la obra, y algo de su esencia debe plasmarse en ella.
¿Y si el cliente es un gran admirador, por ejemplo, de la Casa Blanca en Estados Unidos y tuvo el sueño de vivir en un edificio similar? Así sucedió en el caso de la mansión del cantante brasileño Gusttavo Lima, construida en el interior del Estado de Goiás.
➤ También te puede interesar: Alexander Báez, Gerente de Marketing y Negocios de Edimca
Es evidente que este diseño no es parte de la infraestructura y cultura de Goiás. Fue construido en estilo neoclásico palladiano en 1772, una realidad bastante lejana al cerrado brasileño. Entonces sí, el proyecto de la casa del cantante es una Copycat, una copia a gran escala, que de acuerdo a los expertos, está mal hecha, al no conectar con la historia y el tiempo de este lugar.
Hacer una copia en un contexto ajeno puede ser perjudicial a la ciudad, ya que no responde a una identidad del lugar, a un momento histórico y social del cual la arquitectura ha sido siempre un espejo. Tomemos el ejemplo de la torre Eiffel original y su copia en el mismo Ecuador. Algo no calza, visualmente y culturalmente, por más romántico que pudiera parecer.
En un mundo en que todo parece inventado, es válido inspirarse, pero también hay que encontrar una marca personal, una impronta de diseño, que responda a un tiempo y lugar, y saber vender la idea.
Por: ARQ. Alex Jarrin M. - CEO en AJM arquitectos y constructores / socio fundador CONSTARQ