No es un secreto que la industria de la construcción es de las que más contaminan a nivel mundial. Por esta razón, son cada vez más los arquitectos y los constructores que buscan hacer que sus proyectos sean ecoeficientes y que quienes habiten sus obras puedan disfrutar de una vida más plena.
Las opciones son infinitas, desde tecnologías constructivas, ubicaciones estratégicas, reutilización de estructuras y materiales naturales. A continuación presentamos tres proyectos que han dejado una marca sostenible en la construcción ecuatoriana.
Ubicada en el cerro Auqui, una de las laderas que bordean la ciudad de Quito, esta locación se encuentra separada de la ciudad por un río. El terreno tiene un desnivel mediano y diversa naturaleza a sus alrededores.
El ladrillo como material principal:
Los arquitectos eligieron al ladrillo como posibilitador del proyecto debido a su alta inercia térmica. Este permite resolver el confort térmico al interior del proyecto a pesar de las variaciones de temperatura al exterior.
La obra pretende explotar las capacidades estructurales del material, resolviendo íntegramente los requerimientos del proyecto. Se solucionan así, límites verticales y horizontales, estructura y cubierta. En el caso de los elementos verticales, estos se resuelven con anchos muros portantes de ladrillo, que aportan masa para el confort térmico al interior.
Para la cubierta se utiliza una bóveda rebajada, geometría que permite resolver un elemento horizontal con ladrillo. Pero, por encontrarse el proyecto en una zona sísmica, la bóveda se refuerza con una carpeta de hormigón armado de 3cm de espesor, obteniendo una cubierta ligera y de una amplia superficie. De esta manera se resuelve la arquitectura como un gran horno de pan que se asienta en la montaña y se enciende según el área que se utilice.
El proyecto se desarrolla en la isla de Portete, localizada en la Provincia de Esmeraldas-Ecuador, uno de los sectores afectados por el terremoto del 2016.
Los materiales endémicos de la zona como bambú, madera, paja toquilla y kade fueron reemplazados por planchas de zinc, bloque y hormigón. La construcción tradicional de la zona cuyos materiales son de fácil acceso, más económicos y sustentables se han estigmatizado como materiales de baja calidad. Alejando de esta manera a las comunidades del sector a acceder a viviendas propias con sistemas constructivos tradicionales de fácil ejecución.
La intención del proyecto fue desarrollar 3 tipologías de vivienda en bambú respondiendo a diferente tamaño de familias de la zona, su capacidad económica y facilidad de ejecución para que sea asequible.
Para la construcción de los tres prototipos de vivienda se usó mano de obra local, cada vivienda sirvió como ejercicio práctico para capacitar a la comunidad en construcción de bambú y tejido de paja toquilla. Cada vivienda tiene su propio sistema de manejo de agua servida por medio de un biodigestor, filtros biológicos y campos de infiltración.
Alrededor del año 2005 se adquirió un tanque reservorio de agua comprado a una empresa argentina contratada para realizar la construcción del puente sobre el Río Pastaza, mismo que fue transportado y ubicado en la misma zona del actual proyecto.
El proyecto se encuentra emplazado en un terreno urbano de aproximadamente 10 hectáreas, al sur de la ciudad de Macas. El espacio funciona como distracción de la acelerada vida en el centro de la urbe, así como también para actividad piscícola y ganadera.
El área social comprende de dos espacios: la zona de bar que se encuentra dentro del tanque, el cual fue adaptado para volverlo habitable y la zona de la estancia donde se ubica una sala hundida para el descanso y la conexión con la naturaleza, estos espacios se encuentran cubiertos por una pérgola de madera y policarbonato translúcido.
La optimización de recursos fue clave en el proyecto, los propietarios contaban con madera de calidad propia de la Amazonía como el Pechinche, Yumbingue, Seique, Jicopo, entre otros, los cuales se utilizaron en la estructura de la estancia, el deck perimetral, la pérgola y las repisas del bar, logrando con ello un ambiente cálido y acogedor.