Además de la forma en que la luz entra en un espacio, o cómo se percibirán los paisajes interiores, el sonido es una característica más de un entorno, algo que generalmente los arquitectos pasan por alto.
Esto va más allá de proporcionarle una acústica eficiente, se trata de crear una atmósfera sonora en un espacio. El concepto de paisajismo sonoro, o soundscaping, se trata de esto.

Imagen tomada de Plataforma Arquitectura
El sonido es una parte integral de la vida cotidiana y difícilmente podemos abstraernos de él, incluso si lo intentamos. Los espacios arquitectónicos y las ciudades que nos rodean presentan sonidos, agradables o no, y los materiales moldean e impactan su calidad e intensidad. El concepto de paisaje sonoro se originó y se definió a través del grupo de trabajo dirigido por R. Murray Schafer (músico, compositor, ambientalista, profesor e investigador).
Schafer, al acuñar el término, también desarrolló una línea de investigación transversal. Sus libros "Soundscape" y "The Tuning of the World" contribuyeron a reflexionar sobre la aprehensión de este entorno sonoro que nos rodea y, sobre todo, de los cambios en tales paisajes sonoros a lo largo de la historia.

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Karen Van Lengen, arquitecta y profesora de arquitectura en la Universidad de Virginia, desarrolló Soundscape Architecture en colaboración con el artista James Welty y el músico Troy Rogers, Van Lengen. Los sonidos de espacios arquitectónicos icónicos se graban para crear animaciones sinestésicas y composiciones musicales a partir de los ruidos grabados.
Según ella, "no hemos estudiado cómo escuchar en la arquitectura, la cual se ha promovido como un campo visual desde el Renacimiento. La arquitectura Soundscape es una resistencia a este enfoque puramente visual. Pide a los diseñadores que piensen en los sonidos de los espacios, cómo podrían ser más vibrantes y cómo pueden mejorar los aspectos visuales de la arquitectura".

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Llevar el aspecto sonoro a un proyecto es un desafío, pero hay ejemplos que muestran cómo esto puede influir en la experiencia del espacio. David Libeskind, exmúsico, señala que el sonido fue un aspecto esencial del proyecto del Museo Judío de Berlín. "La acústica del edificio, el sonido del edificio fue una de las principales dimensiones de la creación de este espacio vacío". Una de las partes más conmovedoras, al final del recorrido, es una habitación oscura, totalmente de hormigón, con techos altos y solo una pequeña abertura por donde entra algo de luz y se puede escuchar el viento, reflejado en las duras superficies grises.

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Como dijo Murray Schafer, "cuando escuchas atentamente el paisaje sonoro, se vuelve bastante milagroso". Ya sea de un proyecto o de una ciudad de otro continente, cada lugar lleva un sonido particular y nuestro camino influirá en cómo absorbemos ese sonido al que estamos expuestos.
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Ser conscientes de cómo se aprehende el sonido en cada tipo de espacio o material puede ser un recurso complementario para que podamos crear las sensaciones deseadas que nos gustaría que tuvieran los usuarios de las arquitecturas que desarrollamos.
Texto original tomado de
Plataforma Arquitectura.