Pese a los anuncios gubernamentales de incentivos y beneficios que traería consigo el Programa de Vivienda Social y Pública del Gobierno Nacional anunciado en el mes de Octubre del año 2018 y formalizado recién a finales del mes de marzo del 2019, en el 2019 el sector de la construcción se contrajo en relación al año 2018. Por: APIVE El decrecimiento fue acentuado principalmente los tres últimos meses del año 2019, periodo en el cual las manifestaciones sociales, crisis económicas y políticas implicaron gran incertidumbre y desmotivaron el acceso a vivienda en el país.
De acuerdo a las cifras recopiladas mediante la Encuesta muestral de la Asociación de Promotores Inmobiliarios de Vivienda de Ecuador, previo a la crisis generada por el Covid-19, 2020 registraba ya una leve desaceleración anual con respecto a la tendencia registrada en el 2019.
Los primeros dos meses de 2020 reflejan un decrecimiento del -19,9% (72 unidades) con respecto al mismo periodo del año 2019. Esto a pesar que el sector esperaba que el año 2020 traiga recuperación y altas expectativas de acceso a vivienda. Más allá de que tradicionalmente los primeros meses del año son meses de baja demanda, es posible también especular que la variación interanual registrada en los dos primeros meses del 2020 es reflejo de la inestabilidad derivada de las paralizaciones del mes de octubre de 2019, que generaron para este sector tres meses de cifras bajas.
A esto se suma la caída de reservas de los meses de marzo y abril provocada por la paralización de actividades debido al confinamiento por Covid-19.
➤ Ver también: Las cifras 2019 del sector de la construcción
Si se analiza la variación de los cuatro meses de 2020 con el peor año de la muestra (2016) se evidencia por primera vez desde dicho año un decrecimiento de -25,8% (294 unidades). Así mismo, si se analiza la variación de las reservas de los cuatro meses del 2020 con el mismo periodo del mejor año de la muestra (2012) la variación anual es de -73,5% (2.341 unidades). Vale recordar que abril suele ser un mes de alta transaccionalidad, por coincidir a la vez la temporada de ferias e ingresos extraordinarios por utilidades.