El último proyecto del arquitecto inglés, Norman Foster, busca acabar con la soledad. Según un informe de Harvard Business Review, este estado de aislamiento ya es considerado como una epidemia en el entorno laboral que sufren muchas personas, especialmente, aquellas que deben migrar o dejar su hogar.
Por esta razón, el estudio de arquitectura
Foster + Partners quiere probar si la solución contra el aislamiento social entre los trabajadores migrantes está relacionada con el diseño del edificio donde residen. Es así que, en 2024, se estrenará su nuevo edificio de apartamentos en Shenzhen, China.
El proyecto fue ganador del concurso Qianhai Talents' Apartments y se presenta como un edificio "para talentos profesionales", cuyo estilo de vida se centra en el trabajo y poseen poco tiempo para establecer vínculos sociales. Además, está dirigido al mercado de alquiler y su diseño es el fruto de una investigación sobre espacios de convivencia realizado a nivel mundial.
El objetivo es crear un vínculo de comunidad entre sus residentes, en su mayoría solteros o alejados de sus familias por motivos profesionales.
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Edificio Shenzhen | Foto: Foster + Partners[/caption]
Sobre el plano, la distribución es sencilla porque cada apartamento dispondrá de una pequeña kitchenette o para primeras necesidades, mientras que otra gran cocina será de uso compartido para 12 unidades residenciales en tres niveles. Una cubierta de hormigón con estructura elevada –conocida como podium deck– completaría el comedor comunitario, concebido como un lugar de tranquilidad y relajación.
En lo alto del edificio, entre miradores ajardinados, se creará un club privado con gimnasio y spa; además de un espacio de co-working y otro para encuentros entre los residentes. A pesar de que los datos sobre su morfología aún no se conocen, se espera que la construcción sea modular y prefabricada, la clave del proyecto para economizar tiempo y garantizar la seguridad de la vivienda.
Este nuevo patrón propuesto por
Foster + Partners se podría exportar a varios países como Estados Unidos, donde la movilidad geográfica y laboral es mucho mayor. Sin embargo, el concepto de convivencia es universal y se puede aplicar a cualquier metrópolis global.
Texto original tomado de: El País