Promover el uso consciente del hormigón en las construcciones y aprovechar sus características estructurales, son el camino hacia un futuro más sostenible en la industria.
El hormigón es uno de los materiales más utilizados en la construcción civil. Posee cualidades y debilidades que están impulsando cambios para que sea más amigable con el ambiente y sobre todo más útil para el sector.
En el caso de las losas, una gran desventaja del hormigón es su propio peso, limitando el diseño de vanos más grandes y corriendo el riesgo de que la estructura colapse. Tiene buena resistencia a la compresión, pero muy poca a la tracción. Por lo tanto, es indispensable la participación del acero para soportar la tracción que sufren las piezas.

En las losas prefabricadas, alveolares o nervadas, el espacio que ocuparía el hormigón traccionado se deja vacío o se rellena con un material de menor peso, como ladrillos cerámicos o poliestireno expandido. Jorgen Bruenig desarrolló un tipo de losa hueca biaxial, con un sistema de esferas huecas de plástico, que ocupan los lugares donde el hormigón desempeña una función estructural menos intensa.
En estos casos, las esferas, insertadas uniformemente entre armaduras de acero superiores e inferiores, llenan de aire el espacio que ocuparía el hormigón. De esta forma, es posible reducir entre un 25% y un 35% el peso propio de la losa.
Se estima que el uso de 1 kg de plástico de las esferas ahorra unos 100 kg de hormigón.
Estas losas alveolares bidireccionales o biaxiales se pueden construir mediante módulos, prelosas o paneles acabados. Requiere de menos apuntalamiento, en comparación con las losas macizas o incluso nervadas; permitiendo que las obras avancen más rápido, incluso en vertical.
El uso de componentes prefabricados también reduce, significativamente, la necesidad de mano de obra, lo que resulta en una construcción más rápida y económica. Las esferas pueden estar compuestas de material de polipropileno reciclado o esferas de poliestireno, de bajo peso específico y buena resistencia.
Después del hormigonado, la pieza parece una losa tradicional de hormigón macizo y las esferas permanecen al interior de la estructura.
Investigaciones han demostrado sus buenas características acústicas y resistencia al fuego. En los últimos años, este sistema ha sido aplicado en proyectos a gran escala, como edificios educativos e incluso aeropuertos, donde los plazos son ajustados y existe la posibilidad de invertir en nuevos métodos.
Fotos y texto original tomado de:
Plataforma Arquitectura