BRUTALISMO Y MODERNISMO: Más de 60 años del inicio de Milton Barragán

28 julio 2022

“Soy un humanista apasionado por la arquitectura’’, es una de las frases de mayor peso que retumba entre las blancas paredes del estudio de Milton Barragan, ubicado en uno de los pisos más altos del edificio Barranco, ubicado en el sector de Guápulo. 

Allí, en la calle San Gregorio, la pendiente negativa de 60 grados no fue impedimento para que Milton levantara este icónico edificio de diez niveles. Si buscamos peculiaridades, tenemos dos: la primera, en el montado del edificio, cuatro pisos se levantaron al nivel de acceso de la calles; los otros seis, se desplegaron debajo de ella. La segunda, su fachada de hormigón visto.

En la actualidad, el uso de materiales expuestos, como parte sustancial de la fachada, no es extraño ni una sorpresa de ver en Quito. Aunque, por coincidencia, esto es así porque Milton fue el encargado de normalizarlo. 

 

El brutalismo en sus venas

A sus 87 años de edad, el icónico arquitecto recuerda que su relación con la construcción empezó desde la niñez. “Me acuerdo cómo todos los días me dedicaba a romper y reparar mis juguetes”, cuenta sonriente. Los años pasaron, y el conocimiento que adquirió por sí mismo lo hizo capaz de aprender a esculpir y moldear tanto en metal como en madera. 

Las habilidades creadoras de Milton se complementaron en 1958 cuando se graduó de arquitecto en la Universidad Central. Pero su conexión con el modernismo llegó un año después al momento de emprender camino hacia el viejo continente. “Llegué a Francia en 1959 tras ganarme una beca de estudios. Eso me cambió, ya que la arquitectura moderna constituye un lenguaje común de más de 100 años. Los grandes teatros, museos, pinacotecas y el diseño de las ciudades, amplió mi conocimiento y me permitió innovar”, sostiene.

Derivado del francés beton brut -hormigón en bruto-, Milton encontró en el brutalismo el desarrollo de su arquitectura. Su estilo se vio sustentado gracias a la influencia de icónicos arquitectos como Le Corbusier, Gaudí y Neutra, además de otros maestros del Bauhaus como Mies van der Rohe y Marcel Breuer. 

“En mi estancia en Europa durante la década de los 60, aprecié varios edificios construidos bajo esta tendencia que terminó siendo mi preferida forma de expresión; a tal punto que lo adopté como pauta de diseño en mi arquitectura”, aclara Milton.


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Modernismo en Ecuador

 

Ya en su regreso a casa, Milton Barragán marcó un antes y un después en la arquitectura nacional. “Él es un reflejo del modernismo no solo para Quito o Ecuador, sino para Latinoamérica. Marcó la pauta de un estilo que se mantuvo por mucho tiempo y que ahora parece renacer”, señala Hernán Orbea, urbanista que fue influido por el trabajo de Milton.

La admiración por él se extendió a tal punto que Orbea invirtió cuatro años de investigación para dirigir la creación del libro ‘Milton Barragán Durmet: 60 años de arquitectura’.

“La edición comprende 20 de las obras más destacadas de Milton durante sus seis décadas de trabajo”, señala Orbea. Estas piezas fueron escogidas tras un análisis de 120 proyectos de diferente escala y  realizados en distintos tiempos.  

El urbanista, ex decano de la facultad de arquitectura en la PUCE, sostiene que “las obras seleccionadas para el libro significaron una innovación tecnológica en la arquitectura nacional”. Además, según aclama Orbea, significaron la entrada con fuerza el de un estilo revolucionario que tenía un lenguaje que criticaba el diseño coloquial republicano.



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