Ser atípico es una de las cualidades que mejor define a este empresario ecuatoriano. “A los 20 años ayudé a construir la losa de mi casa, pero la vida me llevó por otro camino” aseguró Andrade. Su pasión por los números y las finanzas hicieron que desarrolle su carrera profesional -por 19 años- como gerente financiero en la multinacional Panatlantic Logistics. En 2002, asumió un nuevo reto e incursionó en la construcción, motivado por las ventas inmobiliarias y la posibilidad de ser disruptivo en una industria tradicional.
Con la ayuda del arquitecto Carlos González construyó su primer edificio con cuatro apartamentos. Luego, apareció el primer “Diamond” en el barrio Jardines del Batán (Quito), un año después tenía cinco y –actualmente- posee 48 edificios a nivel nacional. Andrade nunca pensó que la construcción sería su principal motor o aquel negocio que heredaría a sus hijos. No obstante, en toda su trayectoria hay un común denominador que es el trabajo duro, la iniciativa y la creatividad. Es así que, también, formó parte de un negocio multinivel mundial, que le permitió reclutar personas y ganar prosperidad económica.
“Trabajaba de lunes a domingo entre Panatlantic, el multinivel y la construcción” explicó Andrade. Su esfuerzo se visibilizaba en números: desde 2002 hasta 2015 todos los edificios se comercializaban en planos. Nunca tuvo un edificio terminado sin vender y su principal propuesta de valor -hasta el momento- es tener clientes satisfechos. Así ha logrado más de USD 140 millones en ventas y 798 apartamentos entregados, en 18 años de trabajo. “Soy un financiero con alma de comercial. Me encanta trabajar y apersonarme de cada detalle, del día a día de las obras y casi al 98% de nuestros clientes los he atendido personalmente” enfatizó.