La producción de las denominadas cocinas ecológicas, con las que se busca optimizar el consumo de leña, se propaga en 13 de las 36 parroquias rurales de la provincia de Imbabura.
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Para este 2021 está previsto construir 1.019 estufas en los cantones de Ibarra, Otavalo, Pimampiro, Urcuquí y Cotacachi. Esta es una iniciativa que impulsa la Prefectura de Imbabura y a la que se han sumado las Juntas Parroquiales y los vecinos de las comunidades. El objetivo es alcanzar la eficiencia energética y mitigar los efectos del cambio climático.
Al principio se inspiraron en un modelo de fogones fabricados en países del Hemisferio Norte, especialmente de climas fríos y que no cuentan con suficiente vegetación, para adquirir leña. El modelo de la cocina se fue adaptando de acuerdo con la realidad del medio, especialmente, con el uso de materiales de la zona que hace más accesible su construcción. La cocina está diseñada con una boca de horno pequeña que permite usar desechos de podas o rastrojos. No hay espacio para el uso de troncos de árboles. En los hogares donde se ha implementado este nuevo sistema se ha reducido hasta en un 50% el consumo de leña.
Esto permite una disminución de las emisiones que genera la combustión del material vegetal. Para construir la cocina ecológica se necesitan 12 materiales: una plancha de metal (80 centímetros de largo por 40 de ancho), una chimenea, 70 ladrillos, dos carretillas de arena fina y un medio quintal de cemento. También, se usa un material llamado ‘pomina’, barro, melaza, pequeñas varillas de hierro, cerámica, mortero adhesivo y rocas de desecho, para la base. La Prefectura de Imbabura asume el pago de las planchas de tol, las Juntas Parroquiales adquieren el resto de los materiales y cada beneficiario paga la mano de obra. Cada cocina está valorada en USD 250.
Texto original tomado de El Comercio.